Aplicaciones I.
- José Corral
- 25 ene 2019
- 5 Min. de lectura

1.- Revisar las normas explícitas parciales.
Recuerdo que si la idea básica es cierta, el principio ético universal ha estado y está implícito en todos los hombres. Y las normas derivadas de él han regido permanentemente la conducta humana. Estas normas morales han sido y son, en cada momento, la ética implícita de la especie, de sus grupos y de sus individuos. Y estas éticas implícitas: universal, grupal e individual, pueden haber sido, y ser, acertadas o erróneas para la consecución del objetivo vital prioritario de supervivencia de la especie. Y utilizar o no el altruismo amplio como principal elemento.
Existe una vieja discusión sobre si, en cada momento, las normas morales, o éticas implícitas, son solamente producto de la evolución biológica, o de la cultural, o de ambas a la vez (Ayala: 2006, Wilson: 2012, Ruse: 2007). Pero la discusión está sesgada por las más viejas diferencias entre creyentes y no creyentes sobre si existe o no un Legislador externo. Y por otra disputa más moderna entre biólogos y filósofos (o materialistas y espiritualistas), sobre si el hombre es algo más que materia organizada. Y, adicionalmente, existe la controversia entre creyentes y ateos, sobre si en su naturaleza “fija”, tiene “algo” a imagen y semejanza de un Dios creador.
Para mí, y creo que para la mayoría de los expertos no sesgados, las normas éticas implícitas que rigen las conciencias de los individuos de nuestra especie, están formadas por la suma e interacción de lo biológico con lo cultural. Según los entornos y circunstancias en que vivieron los antepasados de cada uno (especie y grupos) y en los que ha vivido y vive cada individuo. Y esta idea no está afectada por si el hombre es más o menos material o espiritual. Ni por cómo ni por quien está hecho. Estoy hablando de las normas éticas del hombre como ser vivo, como creatura. En lo que tiene en común con el resto de los seres vivos, sea todo o parte.
Éticas parciales explícitas. Desde el principio de la vida social de la especie hombre, existen normas morales explícitas que han regido y que intentan regir la conducta de los individuos y grupos. El conjunto de todas ellas forma lo que se puede llamar “ética explícita global” o conjunto de normas morales expresas que rigen la conducta del género humano en cada momento.
Y que, como he dicho ya, si están dictadas con inteligencia y buena voluntad, suelen ser buenas; tanto para las éticas parciales implícitas con que han sido dictadas, como a la luz del principio ético universal que las ha inspirado.
Escolio. Creo conveniente aclarar que mi idea de la ética explícita o externa puede no coincidir con algunos usos que se dan al de heteronomía moral. Las éticas explícitas, si son “buenas”, no deben ser impuestas, ni muy distintas de lo que dicte la autonomía moral del individuo. Por su parte, el concepto de ética implícita si puede ser semejante a lo que se suele llamar autonomía moral. En cualquier caso creo que los términos “implícitas” y “explícitas” para designar las normas “internas” y las “externas” son suficientemente claros para el uso que les asignamos.
También puede haber dudas sobre si algunas normas externas son morales o de otro tipo: legales, empresariales, técnicas,… A nuestros efectos, la mayor parte de las normas externas de cualquier tipo pueden incidir en el objetivo de supervivencia. Normalmente intentan regir actividades de los hombres que suelen tener incidencia en el objetivo vital y por tanto deben considerarse, en ese aspecto, como normas morales. Fin del escolio.
Como se intuye por el enunciado, la ética global explícita es amplísima. Comprende todos los usos y costumbres grupales, las leyes, reglamentos, políticas, etc. dictados o legislados. También todos los conceptos expresos de justicia, paz, dignidad… Todas las definiciones de los pecados y virtudes… Los mandamientos y preceptos de todas las religiones y credos… Todas las leyes, reglamentos y estatutos de todos los pueblos, naciones, clubs deportivos, asociaciones, comunidades de vecinos, ONGs… Las normas y códigos de todas las profesiones…Los valores e imperativos morales propuestos por las escuelas filosóficas…Los programas de los partidos políticos y de los gobiernos…Los valores y principios éticos de las empresas, asociaciones… Y de los organismos que las regulan…Declaraciones de los líderes de opinión, políticos… Normas y valores de medios de comunicación, educadores, actividades de ocio y “cultura…”
Todo lo anterior lleva a que, si se asume el principio ético universal como fundamento de una ética universal, habría que intentar aplicarlo a las éticas expresas parciales actuales y a las que se vayan estableciendo en cada momento. Lo que llevaría, además, a que con el tiempo y mediante los mecanismos de la evolución, fuesen cambiando las normas éticas bioculturales de los individuos y con ello la ética global implícita de la especie. Y seguir así, como hasta ahora pero mejor, iterativa e interactivamente, hasta el fin de la especie. O de los tiempos.
Esta aplicación, racional y consciente, sería también “natural” por ser fruto de una estrategia de supervivencia humana, dentro del proceso evolutivo y de sus leyes o normas naturales. Aplicación que podría llevar a la regresión de algunos comportamientos. Que han resultado erróneos por excesos en el ejercicio de la capacidad técnica adquirida junto con el alto grado de libertad. O que han podido estar descompensados en su ejercicio por la más lenta evolución de las normas morales respecto a las capacidades técnicas. Descompensación debida, a su vez, al predominio de lo individual y grupal sobre la propia especie.
2.- Potenciar la idea de Humanidad.
El hombre es un ser social que ha ido “conviviendo” en grupos cada vez más amplios: desde las familias y clanes primitivos hasta la aldea global. En estos momentos existen, dentro de nuestra especie, todo tipo de grupos y colectivos, tanto en vertical: familias, clanes, tribus, naciones, estados, uniones… ,como en horizontal o transversal: razas, civilizaciones, religiones, ideologías, partidos políticos, asociaciones,… Y sobre todos ellos existe la especie, el grupo humano global, la humanidad.
La idea de humanidad como unidad de la especie es reciente. Se inicia con los últimos descubrimientos, se desarrolla con las teorías de la evolución y se tiene “conciencia” de ello muy recientemente, a mediados del siglo pasado con el fin de la guerra mundial y el desarrollo de los medios de comunicación de masas: cine, TV, internet … El riesgo de otras guerras mundiales y la idea de que existe una interrelación global ha propiciado la creación y desarrollo de organismos, movimientos ecologistas, partidos políticos, llamamientos de políticos, religiosos, filósofos…
La asunción y comunicación del principio ético universal pueden contribuir al desarrollo de la idea de hermandad, de humanidad fraterna, del género humano. Y de la “responsabilidad” y necesidad de cuidarnos unos a otros y a nuestro entorno.
Creo que esta idea es fácil de transmitir y asumir porque está en la naturaleza de todos. De ahí el fácil eco de los movimientos verdes, ecologistas... Y teniendo en cuenta, además el enorme potencial de altruismo/amor que existe en las “buenas” religiones, en los misioneros, en los movimientos cívicos, ONGs,. Y también en los políticos, buenos e inteligentes, que vean que esta idea es vendible y rentable, además de ser buena.
La idea mejora los esfuerzos que ahora se realizan por algunos creyentes y no creyentes para intentar justificar y “vender” la responsabilidad y el amor fraternos. A partir del imperativo vital y de la ética universal, quien nos dice que seamos buenos, responsables y altruistas no son las iglesias, o los poderes civiles, o los filósofos. Somos nosotros mismos. La orden es interna, permanente, que no teníamos expresa y clara, pero que existía y existe en nosotros desde antes de nacer. Y que si la seguimos seremos felices. Y que si no lo hacemos vamos contra nuestro propio yo, contra nuestra naturaleza humana. Y divina para los creyentes.
¿poner en algún sitio lo del cardenal Ratzinger sobre la idea de Jesús sobre lahumanidad. Y lo de Morin, Y lo de Krause y la encíclica Laudate Si. Ver lo dicho en Supervivir.
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