IV.-Tareas para todos.
- José Corral
- 16 ene 2019
- 3 Min. de lectura

Nota previa. Este apartado es especialmente atípico. Lo incluyo para dar una visión más amplia del posible uso individual de las nuevas ideas.
Lo que sigue se parece a un repertorio de consejos de anciano de la tribu, del estilo de algunos manuales de autoayuda. No son normas ni criterios contrastados. Es un ejemplo de una aplicación personal y subjetiva de las ideas básicas.
Ideas generales
Antes que nada, recuerdo el principio ético universal para uso individual. Que es muy sencillo: “Haz, con altruismo/amor, lo que sea bueno/mejor, para la supervivencia y el bienestar de nuestra especie”. O algo así.
Si has llegado hasta aquí, amigo lector, te habrás dado cuenta de que, como los otros seres vivos, estás vitalmente programado para colaborar con tu especie en transmitir la vida. En realidad, tu vida es un eslabón de las muchas cadenas que componen la malla vital de la especie hombre. Puede parecer poco. Pero es mucho. Y, míralo como quieras, pero desde que has nacido, o desde antes, tienes el deber imperativo - que ya estás cumpliendo mejor o peor - de intentar conservar y transmitir la vida que has recibido: directamente y/o ayudando a que lo hagan tus prójimos. (DRAE: Prójimo: Persona, considerada respecto de cualquier otro ser humano en tanto que parte de la humanidad.)
Apostilla: Estos deberes son los naturales, basados en el imperativo vital. Los que te tocan como criatura viva. Si eres creyente, o tienes otros objetivos trascendentes, tendrás, diferencialmente, los deberes que tus creencias u objetivos te ordenen. Digo diferencialmente porque, en general, los deberes naturales coincidirán en todo o en mucho con los otros que puedas tener, sobre todo si tus creencias son buenas. Fin de la apostilla.
Una idea que no sueles escuchar. Y que te recuerdo para que no te engañen ni sufras pensando que te quitan algo: primero tienes obligaciones, luego derechos. Como hombre, tienes el deber de intentar cumplir el principio ético universal. Y por ello y para ello, tienes la obligación y el derecho de procurar por tu vida. Procurar por lo que te haga falta para alimentarte, protegerte del frio y el calor, cuidarte cuando estés enfermo, defenderte, etc. Y para eso puedes elegir muchos medios. Eres un ser animado y racional, muy libre, muy complejo y muy inteligente. Mucho más que los otros seres vivos. Para bien y para mal.
Y puedes y debes ser previsor. Puedes allegar los medios necesarios para vivir aquí y ahora. Y como hacen los topos, las ardillas y las hormigas, intentar conseguir más medios y guardarlos para el futuro. ¿Muchos? Cuantos más mejor, siempre que los obtengas honradamente y les des buen uso.
Tienes la obligación y el derecho de intentar conseguir esos medios que necesitas y que puedes necesitar en el futuro. Pero siempre honradamente. Porque eres un ser social. Convives con otros. Por ello debes guardar algunas normas cuya base tienes también en tu programación vital. Y por la cuenta que te tiene.
Has venido al mundo con el fundamento de cómo debes comportarte viviendo en sociedad. Estás programado para convivir. Para contar con los otros. Para ser altruista. Por tu bien. Y para que te sea más fácil cumplir con tus obligaciones de vivir y de ayudar a transmitir la vida. Tenías y tienes este fundamento implícito, pero ahora lo tienes también expreso. Y con ello tienes unas normas básicas propias para juzgar las normas externas de tu entorno: usos, costumbres, modas, leyes, ...
Escolio: Y por mi experiencia te puedo decir, además, que es muy interesante y divertido ver el mundo y sus gentes con las gafas de estas ideas. Prueba. Con un poco de práctica verás y entenderás mejor lo que pasa cerca y lejos de ti. Fin del escolio.
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