top of page

I. Cosas a hacer

  • Foto del escritor: José Corral
    José Corral
  • 19 ene 2019
  • 5 Min. de lectura


Introducción

Esta nota estaba escrita como un apéndice de “Supervivir amando. Un principio ético universal”. Pero el autor decidió no incluirlo en el libro por considerarlo demasiado personal.

Con todo, el autor cree conveniente darlo a conocer ahora, en este medio mas cercano, manteniendo la intención y el lenguaje coloquial. El índice de esta nota es el siguiente:

  1. Las ideas y sus utilidades

  2. Tareas para pensadores

  3. Tareas para personas que hacen cosas

  4. Tareas para todos

. Ideas generales

. Algunas ideas para ser bueno y feliz

I.- Las ideas y sus utilidades

Recuerdo las tres ideas en su versión resumida:

  • Nuestra especie Homo sapiens tiene el objetivo vital prioritario de supervivir.

  • El altruismo grupal amplio es el método más eficaz y eficiente para intentarlo.

  • El principio ético universal sería: Es bueno/mejor lo que, hecho altruistamente, sea bueno/mejor para la supervivencia de nuestra especie.

Enumero sus posibles utilidades:

1.- Estas ideas no responden a quiénes somos, de dónde venimos ni adónde vamos. Pero sí contestan a las importantes cuestiones de: qué debemos hacer y cómo hacerlo. Al menos en nuestro nivel vital de seres vivos animados y racionales.

Recuerdo que este qué hacer (intentar supervivir) y el cómo (altruistamente) no son meras inclinaciones o tendencias. Son imperativos vitales prioritarios. Para todos los hombres de todos los tiempos por ser normas básicas naturales de nuestra especie.

2.- Pueden servir de fundamento común a la Humanidad en esta nueva era de ver a la especie como colectivo global. Esta etapa ya ha empezado hace algunos años, pero nuestra creciente humanidad fraterna aún no tiene, explícita y aceptada, una idea o base universal que le señale su objetivo común y el medio para intentarlo.

3.- Son universales y neutrales. Se pueden asumir por los creyentes de todas las religiones y por los agnósticos y ateos. Sin que ninguno de ellos tenga que renunciar a sus creencias sobre Dios ni sobre sus posibles nombres o formas.

4.- De acuerdo con lo anterior pueden servir de base para que personas de distintas creencias puedan trabajar juntos. Especialmente para desarrollar, a partir de ellas, unas normas éticas comunes y universales hasta donde se pueda.

5.- Refuerzan las creencias de las religiones del Libro, ya que confirman el creced y multiplicaos del Génesis y el mandato al Hombre de que use y cuide lo creado. Y complementan otras doctrinas (budismo, taoísmo, hinduismo...). Confirman también el precepto del amor al prójimo. A todos los prójimos.

6.- Confirman y complementan la teoría de la evolución. Aportan la base y la finalidad que le faltaban. Con ello evitan también la falacia naturalista. Y permiten que tengan respuesta muchas dudas y detalles que hoy no tienen fundamento que las resuelva.

7.- Enmarcan, justifican e incrementan la libertad humana al darle un criterio firme y común al que recurrir para planificar, decidir, y juzgar, los actos humanos.

8.- Y a la vez reducen los relativismos. Y pueden evitar errores, abusos o injusticias de quienes dicten las normas: usos, costumbres, leyes, mandatos...

9.- Confirman también que el Hombre, en su naturaleza de especie social, tiene al altruismo/ amor como el más eficaz y eficiente método para intentar sobrevivir como individuos, como grupos y como especie. Método postulado por la ciencia en sus varios aspectos parciales. Y por las religiones, creencias y sabidurías.

10.- También confirman las buenas recomendaciones de ecologistas, humanistas... Y de la ONU, de las encíclicas papales y de otros entes.

11.- Claramente preconizan la fraternidad universal. El hombre es miembro de una misma humanidad con un objetivo común. Y con un mismo imperativo de la propia especie, de practicar todos, en todo su ámbito, el altruismo amplio grupal.

12.- Fundamentan la igualdad de las personas en cuanto a las obligaciones y derechos vitales básicos. Desarrollo a continuación esta frase.

13.- Es importante resaltar que estas ideas indican que lo primero que tenemos los seres vivos, y especialmente el hombre, son obligaciones. Todas las personas tienen, tenemos, el deber imperativo de contribuir al objetivo vital de que la especie perviva.

14.- Y para cumplir esta obligación, y por ello, todas las personas tenemos el derecho de vivir lo más y mejor posible. Y el deber de ayudar a nuestros prójimos a vivir lo más y mejor posible. El bienestar individual y grupal mejoran la capacidad de supervivencia del individuo, del grupo y de la especie.

15.- De acuerdo con lo anterior parece que para el objetivo básico es bueno hacerse mejores: más sanos, más sabios, más santos. Y todos los hombres tienen implícito, y deben tener explícito y real, el mismo derecho a intentarlo.

16.- Para ello todas las personas físicas y jurídicas, grupos y colectivos, entes públicos y privados, religiones y movimientos cívicos, intelectuales y técnicos, … tienen, tenemos, la obligación moral de asumir los objetivos prioritarios. Y de que cada uno actúe en consecuencia dentro de su actividad y de sus posibilidades. Directamente y ayudando a los demás.

17.- Estas ideas también pueden ayudar a repensar algunas de las cuestiones teóricas sobre el bien y el mal, los fines, los valores, las virtudes, los vicios, la bondad, el amor... Todo ello en el nivel del hombre como ser vivo. Sin entrar en los posibles fines últimos o trascendentes que existan o puedan existir. Ni lo que los valores, las virtudes, los vicios, etc. puedan representar en esos posibles niveles.

18.- Por lo dicho en el punto anterior, no parece que estas ideas aclaren u oscurezcan cuestiones teológicas.

19.- En resumen, estas ideas son útiles, políticamente correctas y fácilmente vendibles. Son compatibles con las doctrinas científicas en vigor y con las buenas religiones. Y pueden servir de base común para mejorar las estructuras y sistemas de convivencia, tanto globales de la especie, como las grupales e individuales.

La creciente globalización hará que se acelere el sentimiento de pertenencia a una misma especie y el desarrollo de normas éticas universales: usos, costumbres, modas y tendencias de consumo, relaciones sociales, leyes y acuerdos de comercio, doctrinas y teorías, usos de la ciencia, ...

El imperativo vital, implícito en los emisores y receptores, debería hacer que las nuevas normas, y la conservación de las anteriores, estén de acuerdo con el principio ético universal también implícito. Pero por desgracia, las normas, antiguas y nuevas, pueden estar sesgadas por la ignorancia y por el interés parcial de los emisores: líderes y grupos cada vez más poderosos. Y con mayor peligro, tanto por el tamaño y las demandas de sus colectivos, como por sus capacidades técnicas y su relativismo. Y por sus rivalidades grupales.

De ahí la importancia y la urgencia de explicitar, asumir, y hacer operativo, el principio ético universal. Por ello me siento obligado a solicitar la ayuda de quienes me lean. Cuantos más y mejores sean, mejor. Y, para ello, me atrevo también a enunciar algunas posibles tareas para los tres grupos de lectores que he nombrado en la presentación del libro.


Entradas recientes

Ver todo

Comments


© 2019 by José Corral Lope

bottom of page