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V.- Algunas ideas para ser bueno y feliz.

  • Foto del escritor: José Corral
    José Corral
  • 15 ene 2019
  • 4 Min. de lectura


Como sabes, eres feliz cuando haces lo que crees que debes hacer. El problema, hasta ahora, era que tal vez no tenías explícita la base de tu ley natural, la que te dice lo que tienes que hacer y como hacerlo. Ahora ya la sabes. Como eres un ser hábil e inteligente no haría falta decirte mucho más. Pero también eres muy libre. Para bien y para posible mal. Por ello, y por si te sirve de algo, voy a decirte algunas cosas al respecto. No son dogmas de fe. Son algunas ocurrencias de anciano. Por lo que puedan servirte, como complemento y contraste de tu propio saber y creer.

1.- Eres un ser vivo animado y racional. Y muy libre, dada nuestra naturaleza. Un ser de la especie hombre, varón o mujer, que quiere ser feliz. Con esa vida, libertad, razón, alma y deseos de felicidad, que tienes, considera los puntos siguientes.

2.-Asume que, inscrito en tu naturaleza, tienes el imperativo de vivir para ayudar a la supervivencia de tu especie. Y con ello a la conservación de la vida. No se trata de conseguirlo, que mejor, sino solamente de intentarlo, como seguramente ya lo estarás haciendo: buenamente y con alegría.

3.- Asume también que por ser un ser vivo social de la especie hombre, tienes el deber de intentar cumplir el punto anterior siendo altruista, es decir con-viviendo con amor y buena voluntad con los alter, con los otros, con tus prójimos.

4.- Una vez asumido lo anterior, tendrías que revisar si tus normas morales implícitas actuales están de acuerdo con ello. Revisión a realizar cuando tengas tiempo, humor y ganas, o cuando lo creas conveniente. O tengas dudas y lo necesites. Con más o menos rigor según tu grado de exigencia.

5.- Si ya eres feliz, seguramente ya tienes y estás cumpliendo, sabiéndolo o no, unas normas implícitas buenas. Y habrás tenido la suerte de que las normas explícitas (mandamientos, usos y costumbres, leyes…) de los grupos a que perteneces (familia, amigos, religión, trabajo, ciudad, región, estado, …) también son buenas. No cambies.

6.- Si no eres suficientemente feliz, tendrías que revisar cómo eres tu y cómo son tus normas morales a la luz del principio ético universal. Y actuar en consecuencia.

Algunas posibles cosas a hacer en consecuencia:

7.- Una primera cosa es aceptarte. En todos los aspectos: materiales y morales. Para lo que tienes que hacer, y para cómo lo tienes que hacer, importa poco ser alto o bajo, guapo o feo, rico o pobre, listo o menos listo, blanco o negro, creyente o no creyente, chino o americano, joven o viejo, sano o enfermo, hombre o mujer… Seas como seas ahora, acéptate y acepta a tu entorno y a tu circunstancia. Es lo mejor que tienes por el momento.

8.- Una vez que te hayas reconocido y aceptado en tu entorno, piensa en las normas implícitas que ya sabes que deberías cambiar para cumplir el principio ético individual dentro de tus posibilidades. Y haz un plan para empezar a hacerlo. Que no sea difícil.

9.- Si tienes dudas sobre las normas que debes cambiar, consulta: primero contigo mismo más a fondo. Y con las normas de tu religión si eres creyente. Y luego, si aún te hace falta, con alguien de confianza que creas que puede saberlo. Y en el extremo me puedes consultar a mí y te contestaré en lo que pueda o pediré ayuda a alguien experto.

10.- Es posible que tus normas resultantes, acordes con el principio ético universal, no sean compatibles, en algún caso o aspecto concreto, con las normas externas de tu entorno: familia, amigos, trabajo, sociedad, religión, etc. Sigue en lo que puedas tus normas buenas. Y en lo que no puedas: da al César lo que es del César.

11.- En resumen, se trata de ser lo más eficaz posible para la supervivencia de la especie. Dentro de lo que buenamente pueda cada uno. Sin prisa, pero sin pausa.

12.- También se trata de que seas eficiente y bueno en lo que hagas o no hagas. Que actúes con altruismo amplio, buena voluntad, amor, … Es la condición para que seas feliz, además de eficaz. Pero tampoco se trata de asimilar bueno a tonto, a blando, a pobre, … Debes ser bueno pero, a ser posible, listo, fuerte, rico,… Cuanto más mejor.

13.- Una vieja idea es que para hacer buenas acciones y bien hechas, lo mejor es ser mejor en todos los sentidos. Las tres eses de Gracián. Tratar de ser más sabio, más sano y más santo (religioso o laico). Yo añado otras dos eses a las tres de mi paisano: más solvente y más sonriente, es decir más rico y más alegre.

14.- Si tienes ganas y voluntad no es mal programa intentar las cinco eses. Pero no se trata de ser perfecto. Intentarlo puede ser un grave error que te haría ser infeliz y a la vez ineficaz. Lo advertía Santa Teresa a sus novicias. Es casi suficiente con no hacer nada malo. Con eso y vivir buenamente ya se cumple el objetivo básico. Este punto es muy importante. Piénsalo para quedarle en el sitio justo. Recuerda la necesidad de tener holgura vital. Intenta mejorar siempre, pero no quieras ser o hacer lo que no puedas. O que sea tan difícil que el posible resultado no compense el costo de intentarlo.

15.-Y sobre todo quiérete a ti mismo. Eres lo mejor que tienes, seas como seas. Y si te aceptas con amor, a ti y a tu circunstancia, serás feliz. Y podrás amar e intentar hacer felices a tus prójimos.

16.- Para terminar, me permito incluir lo que le decía una mujer buena y feliz a otra, buena pero infeliz por sus problemas anímicos. Le decía: “Lo mejor para la tristeza es la vitamina P, las Personas. Ocúpate más de los demás y menos de ti misma. La atención a los demás te quita todos los males”.

Creo que esta idea también la tenía la madre Teresa de Calcuta y otros muchos santos, creyentes y no creyentes. Que como suelo decir son los más egoístas y los más listos porque esperan, y obtienen siempre, la mayor recompensa: la felicidad en esta vida. Y en la otra si existe. Pero no hace falta llegar a ser perfecto. Con intentarlo buenamente y con alegría suele bastar. A ello.


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