Biólogos
- José Corral
- 12 ene 2019
- 11 Min. de lectura

Creo que la idea básica pertenece al campo de la Biología. Según el DRAE: 1. Ciencia que estudia la estructura de los seres vivos y de sus procesos vitales. Concretamente parece que pertenecería a la etología y a la biología evolutiva. Mis conocimientos sobre biología básica eran aún menores que sobre filosofía. Y sobre etología y evolución sabía lo que suelen saber los aficionados multidisciplinares que tratan de estar al día de su entorno.
En cualquier caso, a partir del 2000, después de escribir las ocho páginas de mi primera nota, me dediqué a leer sobre la evolución en general y especialmente sobre el hombre y su comportamiento. Buscando lo que se hubiera escrito sobre la supervivencia de los seres vivos y de sus especies, incluida la Sapiens. Tampoco en estos varios campos de las ciencias biológicas encontré explícitas mis ideas.
Como he dicho en otras partes, en este tiempo no me atrevía a difundir mis ideas y por ello no tomé nota de mis lecturas, que fueron numerosas y variadas. Solamente en 2002 escribí, manuscrito, un primer comentario sobre El gen egoísta de Dawkins. En estos años, y de forma creciente, la evolución, el genoma, el cerebro, … eran temas de moda y se publicaron, y se siguen publicando, infinidad de libros, artículos, reseñas en internet… Tuve que colocar una librería nueva en mi viejo despacho para albergar los libros, generalistas y especializados, sobre estas materias. Y pasé horas navegando en internet buscando referencias.
En el 2013 descubrí el altruismo amplio y me decidí a publicar algo como texto base para intentar contrastar mis hipótesis. Y empecé a escribir comentarios a las lecturas, filosóficas y biológicas, que me parecieron más significativas. Resumo a continuación, actualizados, algunos de aquellos comentarios, añadiendo otros de mis últimas lecturas. Algunas notas originales se pueden consultar en Supervivir. Ideas para una ética universal y en el Blog, ambos en la página Web. Voy a empezar por Darwin y luego seguiré según el orden de mis notas originales.
Charles Darwin ( 1809-1882)
Confieso que no he leído completo El origen de las especies. Solamente lo he utilizado de libro de consulta para algunos aspectos concretos. Las teorías de Darwin y de sus seguidores y detractores las conocí por otros libros. Por estas lecturas me pareció que a Darwin, no le preocuparon las causas iniciales ni finales de la especiación. Creo que se fijó mucho y describió bien lo que habían hecho y hacían los seres vivos para adaptarse al medio. Pero dio por sobreentendido que era para sobrevivir, todos, sin especificar.
Para Darwin, a pesar de lo que sugiere el título de su libro más famoso, los sujetos que vivían y evolucionaban eran los organismos individuales. Las especies eran el resultado de la evolución de los organismos. Lo cual es cierto. Pero también lo es que son las especies, como conjuntos concretos, y diferentes en cada momento, las que, a través de sus organismos, evolucionan. Pero en esto y en sus consecuencias, no reparó Darwin. Y por ello no lo incluí en los comentarios a textos ajenos de mi primer libro: El mandato ético universal. Ideas para contrastar.
Pero en agosto del 2015, motivado por las lecturas de Gould, Koprotkin y Hütner, leí los siete primeros capítulos de “El origen del hombre”. Y descubrí a otro Darwin cuyas ideas comenté ampliamente en Supervivir (Corral: 2015, 273-280).
El Darwin que yo creía conocer era el padre de la teoría de la evolución. Teoría que había descubierto estudiando los caracteres físicos (picos, plumas, caparazones …) de los organismos individuales de distintas especies. Cuya estrategia principal era la lucha por la existencia y el dominio de los más fuertes o más aptos . Es decir parecía predicar el egoísmo y la competencia como medios para supervivir. Que son medios ciertos en general. Pero en el caso del hombre no los únicos ni los principales. Dice Darwin:
“En su estado actual más imperfecto, el hombre es siempre el animal más dominante de cuantos han aparecido sobre la superficie de la tierra … Esta inmensa superioridad la debe indudablemente a sus facultades, a sus hábitos sociales, que le llevan a ayudar y a defender a sus semejantes, y a la conformación característica de su cuerpo … La importancia suprema de estos caracteres ha quedado demostrada en el resultado final de la lucha por la existencia”.
En “El origen de las especies” Darwin apenas habla del hombre. Y aún así tuvo los problemas que tuvo: por parte de sus detractores dibujándole con cuerpo de mono y de sus seguidores partidarios de mejorar al Hombre mediante la eugenesia. Creo que para ambos, y sobre todo para estos últimos, tuvo que escribir, doce años después, la primera parte de “El origen del hombre”. Donde concede mucha más importancia a lo espiritual y social que a lo físico. Entre otras frases en este sentido dice luego:
“ ---por lo que respecta a los animales superiores con instintos sociales no conozco ninguna estructura (física) que haya sido modificada solamente para el bien de la comunidad, aunque no faltan algunas de utilidad secundaria” …” Con respecto a algunas facultades mentales … el caso es del todo diferente: porque estas facultades, en su gran mayoría, y aún casi en su totalidad, fueron adquiridas en beneficio de la comunidad”….
“ …si en su origen, el hombre hubiera sido más fuerte y feroz es probable que este defecto (sic) le hubiera impedido la adquisición de cualidades mentales tan superiores como la simpatía y el amor al prójimo”.
Nota: Recordar que el término simpatía, sympathy en inglés, como lo usa Darwin y otros, significa en este contexto: solidaridad, compasión, amabilidad... Darwin dice que la simpatía es la emoción más importante. Solamente la diferencia del amor materno. Y resalta su valor:
“…porque las sociedades que tuvieran mayor número de miembros simpáticos serían sin duda las que más florecerían, y , por tanto, podrían criar prole más robusta y abundante”.
Y en las conclusiones generales al hablar (un biólogo) de los fundamentos de la moral (sic), dice:
“El término bien general puede definirse diciendo que es el medio de producir, dentro de las condiciones existentes, el mayor número de individuos en pleno vigor y plena salud, dotados de facultades todo lo perfectas posible”...” sería de desear que se tomara por norma de moralidad el bien general o bienestar de la comunidad, con preferencia a la felicidad general” …· No hay duda de que el bien y la felicidad del individuo coinciden frecuentemente, y una tribu contenta y feliz prospera más que la desgraciada y miserable”.
Darwin, sin darse cuenta de su importancia, con estas frases está diciendo la idea básica: claramente hace a la tribu sujeto, activo y beneficiario, del intento de ser próspera y de producir individuos felices. Y viceversa. Y aunque aquí habla de tribu, más adelante dice que hay costumbres y supersticiones que están en completa oposición con “… el bienestar y la felicidad de la humanidad”. Parece claro que el bienestar y la felicidad de la humanidad son los objetivos a intentar conseguir ¿Para que?: para producir individuos en pleno vigor y plena salud. Es decir para supervivir. Y para ello el medio es ser simpáticos en inglés, es decir: solidarios, altruistas amplios.
Y coincide con todos los moralistas ateos autónomos y con la Iglesia, cuando dice”… el hombre posee medios para distinguir las normas morales superiores de las inferiores. Las primeras se fundan en los instintos sociales y se refieren al bienestar de los otros… Las segundas se refieren principalmente al individuo mismo”. Acierta en lo que dice, aunque no se da cuenta, como muchos, de que el bienestar del uno y de los otros es el mismo. Eso lo saben los altruistas/egoístas inteligentes. Los sabios y santos, creyentes y no creyentes.
Y luego Darwin, con su extraordinaria capacidad, anticipa el futuro deseable y dice:
“ A medida que el hombre avanza por la senda de la civilización, y que las tribus pequeñas se reúnen para formar comunidades más numerosas, la simple razón dicta a cada individuo que debe hacer extensivos sus instintos sociales y su “simpatía” a todos los que componen la misma nación aunque personalmente no le sean conocidos. Una vez que se llegue a este punto existe ya solo una barrera artificial que impida a su simpatía extenderse a todos los hombres de todas las naciones y de todas las razas”.
Y como estaba en un tiempo optimista que creía en el progreso ilustrado, dice luego:
“Mirando a las generaciones futuras no hay motivos para temer que los instintos sociales se debiliten, y podemos esperar que los hábitos de la virtud se robustecerán más y se convertirán quizás en fijos por medio de la herencia. En este caso la lucha entre nuestros impulsos superiores e inferiores será menos fuerte y la virtud triunfará”.
No parece que esté siendo así. Parece que nos hemos quedado en lo del bienestar individual y tribal. Nos falta quitar o derribar “la barrera artificial”. Si nos da tiempo.
En resumen y como dije en Supervivir, creo que si “El origen de las especies” fue la revelación de la teoría de la evolución biológica, los cinco primeros capítulos de “ El origen del hombre” es el primer tratado científico -biológico/filosófico- que, una vez interpretado, puede establecer los fundamentos de una moral “para todos los hombres de todas las naciones y de todas las razas”.
Una pena que estas ideas no hayan sido vistas antes. Ni por sus discípulos ni por sus detractores que se han quedado en las tareas, en los detalles, en lugar de ver el objetivo vital. Seguramente por los problemas de la especialización y del tribalismo.
Marbella, 13.9.2018. Revisado el 5.10.18
Richard Dawkins. (1941…). Y el gen egoísta/altruista.

Es un biólogo evolucionista muy conocido por su ciencia y su ateísmo militante. Por lo que leo en su biografía es seis días más joven que yo. Nació el 26.3.1941. Y parece que sigue activo. Le envié el 10.6.2017 un ejemplar de Survival and Altruism pero no me acusó recibo. Espero que lo haga cuando lea ese comentario.
Como es sabido Dawkins, en su Gen egoísta, propone a los genes como sujetos activos prioritarios del intento vital de supervivencia. Y de esa idea deduce el comportamiento de los propios genes como sujetos activos y beneficiarios. Y el de sus “máquinas de supervivencia” que serían todos los seres vivos utilizados por los genes: organizados como información genética, universal y específica de cada especie, población y organismo individual.
La idea es muy atractiva y tiene bastante relación con la mía. El objetivo es el mismo: la supervivencia. Ahora de un ente colectivo. Y el mecanismo parecido, la reproducción iterativa. Cambia el sujeto: de los genes a la especie. Y se puede calificar a los seres vivos-organismos como máquinas de supervivencia. Y a las especies como sistemas o unidades de supervivencia.
Pero tiene razón en que la especie, al intentar supervivir, está intentando que superviva la información genética que la especie tiene en cada momento. Es decir, el objetivo de supervivencia de la especie lleva aparejado el objetivo de supervivencia de los genes. De los originales de LUCA y de los que cada individuo vivo de cada especie ha transmitido o puede transmitir a su progenie.
Acierta también al pensar que cada organismo vivo tiende a intentar que sean sus genes los que perduren. Y por eso existen las leyes de la selección natural. Y la protección a los descendientes más cercanos como transmisores mayoritarios de los genes de los progenitores. Hamilton hizo un amplio trabajo cuantificando las preferencias según el parentesco. La teoría fue muy popular y en principio aceptada por muchos científicos, entre ellos E.O. Wilson quien luego la repudió.
Por mi parte creo que tiene razón en sus primeras afirmaciones, pero que no acierta al considerar que el mecanismo vital de intentar supervivir se anula con la lejanía del organismo reproductor. Y que se convierte en lucha contra los organismos mas diferentes genéticamente, aunque sean mayoritariamente similares por ser de la misma especie. Los organismos son más importantes que los genes en este proceso y son ellos quienes intentan supervivir. Es lo que han redefinido luego los científicos. Aunque no han llegado a ver que los organismos individuales no intentan su propia supervivencia sino la de su especie, que es, a la vez, el medio para que los propios organismos puedan vivir y reproducirse.
No se si Dawkins ha modificado su hipótesis inicial del Gen egoísta. Creo que ha estado y está más ocupado con los memes, que también son muy interesantes. Y ejerciendo de ateo militante.
Intentaré seguir sus actividades, pero creo que hasta ahora no ha visto a las especies como sujetos activos del intento vital de supervivencia. Como un nivel activo entre los posibles existentes entre el primer ser vivo individual y las agrupaciones posteriores. Que según algunos pueden incluir: proteínas, genes, organismos, demes, poblaciones mendelianas, especies, clados, tribus, biomasa, Vida…
Posiblemente todos estos sujetos intentan supervivir y son parte del mecanismo que intenta el mantenimiento de la vida a través de la conservación y transmisión de la información vital, genética y de otro tipo. Por mi parte me he fijado en las especies porque, como ser vivo-hombre pertenezco a la Sapiens y me interesa lo que a esta especial especie le ocurra. Sobre todo, si le puede ocurrir algo malo porque no hace lo que tenga que hacer. O no lo hace lo mejor posible.
En Marbella, 19.8.18. Revisado el 5.10.18
El gen altruista. Añadidura del 19.12.2018.
Esta madrugada y sin acordarme de que había escrito lo anterior, se me ha ocurrido que la hipótesis de Dawkins es otra forma de ver la idea básica. Que, con esta visión, puede formularse como:
“ Todos los seres vivos tienen el objetivo de que superviva su información genética, sus genes. Y el imperativo vital de intentarlo”.
Como he dicho en otras partes es muy posible que el objetivo vital “final o cuasi-final” sea mantener la vida es decir que la vida “superviva”. Para lo cual deben existir seres vivos. Vida como objetivo cuasi final, porque el objetivo final se podría prolongar hacia otro nivel trascendente.
Esta idea llevaría a la escala de Ronald Hubbard que cito en “Supervivir. Ideas para una ética universal “(pág. 36) que va desde el uno mismo al infinito o Ser Supremo . La escala de sus ocho dinámicas, citadas en varios de sus libros, es: uno mismo, familia, grupos, la especie o humanidad, la biosfera o reino animal, los espíritus o dinámica espiritual y el infinito o Ser Supremo.
En la misma página cito a Frans de Waal quien en “Primates y filósofos” (Paidos,2007, 205) dibuja una pirámide en cuyo vértice indica “Yo” y en los siguientes niveles hacia abajo pone:” Familia-Clan, Comunidad, Tribu-Nación, Humanidad, Todas las formas de vida”. Y en negro, como base de la pirámide “Recursos”. Al pie del cuadro indica: “ El círculo en expansión de la moralidad humana…” Aunque no lo dice esta enunciando la idea básica.
También Teilhard de Chardin, después de confirmar que: “ es preferible ser que no ser”, considera a la Humanidad como: “… depositarios responsables de una parte de energía universal que hay que conservar y propagar…” y que “.. habría que procurar principalmente que la masa humana (sic) conserve su tensión interna; es decir que no deje despilfarrarse ni disminuir en ella el respeto, la afición, el fervor de la Vida”. Para llegar a una “Super-humanidad” y al punto Omega. (Del comentario a “ Ciencia y Cristo” en mi “Supervivir. Ideas para una ética universal “ páginas 224 a 228).
He citado después de Hawkins a Hubbard, de Waal y a Teilhard, para situar a nuestra especie dentro de lo que pueden ser los distintos niveles a considerar como estratos u objetivos parciales dentro de la escala amplia que va desde lo inanimado a lo Inefable. Pasando por los distintos estratos, o constructos, de entes constituidos por seres vivos, cuya tarea o objetivo es ser medios para conservar y transmitir la vida.
En esta escala, los niveles intermedios entre los organismos individuales ( o el Yo humano) y la especie son los grupos de Hubbard, o los varios colectivos de de Waal, o las poblaciones de Dobzhansky. Que pueden ser más o menos determinados y que pueden ser también “blancos” evolutivos en la terminología de Mayr. Sin entrar en estas posibilidades, nuestro sujeto son las especies biológicas concretas como las han definido Mayr, Dobzhanky y Gould.
Esas especies y la Homo Sapiens son las que “portan” los genes de Dawkins. Y esos genes, egoístas en cuanto beneficiarios, tienen como portadores, como “máquinas de supervivencia” a unos seres vivos, sociales, que para supervivir necesitan vivir en sociedad ( familia, clan, comunidad, tribu- nación, humanidad) y para ello deben practicar alguna forma de altruismo. En el caso del Hombre, todas las contenidas en la pirámide de la moralidad humana de de Waal . Y que se podrían extender al Amor trascendente de los creyentes para llegar al punto Omega de Chardin. Pero este nivel último no es observable, ni por tanto demostrable científicamente, como lo son los anteriores hasta la especie o Humanidad fraterna. Fraterna biológicamente según los biólogos citados por provenir de unos mismos padres biológicos y por llevar los mismos genes egoístas y luchadores de Dawkins. Que hemos descubierto que son, a la vez, genes altruistas y pacíficos por la cuenta que les tiene.
En Madrid, 19.12.2018.
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