"Así es la biología" de Ernst Mayr
- José Corral
- 18 mar 2016
- 13 Min. de lectura

Hace cuatro días encontré en la Fnac “Así es la biología”, en una edición de Penguin de este mismo mes de marzo. El original en inglés es de 1995. Mayr murió en 2005 cuando ya había cumplido los 100 años. Por mi parte apenas sabía nada de él ni de su obra. Lo había visto citado en alguna de mis lecturas pero no le había dado importancia.
He leído y subrayado en tres días el libro citado. Y me ha parecido el más completo y entendible de todos los que he leído hasta ahora referidos al entorno de mi idea. En internet dicen que era ateo pero al leerlo no le he visto sesgado. Se declara discípulo de Dobzhansky y está de acuerdo con él en lo que nos interesa.
Trata todas las cuestiones que rodean las ideas básicas y casi las ve y las dice. Pero no lo hace. El libro es de 1995 y en estos 20 años se ha avanzado mucho técnicamente. Pero ya sabía lo suficiente entonces. Y ni se plantea el objetivo básico ni “completa” la idea de altruismo. En cualquier caso se acerca más que Wilson y Ruse. Sabe más.
El libro para los profanos es buenísimo. Y creo que también para los especialistas sirve como compendio de las distintas disciplinas necesarias para resumir estas cuestiones. Por mi parte he subrayado bastante. Pero voy a copiar solamente los párrafos que me parecen más interesantes y que no creo haber recogido en los comentarios a los textos de otros autores.
Pág. 11: El problema de la causalidad biológica me había interesado desde…1926. Y luego:…el mundo vivo y el inanimado obedecen las leyes universales descubiertas y analizadas por las ciencias físicas, pero los organismos vivos están sometidos, además, a un segundo conjunto de causas: las instrucciones del programa genético.
Y después: Los organismos vivos forman una jerarquía de sistemas cada vez más complejos: moléculas, células y tejidos, organismos completos, poblaciones y especies.
Acierta al ver y dar importancia a las leyes y causas de las tareas u objetivos parciales. Pero no se plantea específicamente la ley o mandato primario. Aunque obviamente “está” implícito como causa primera en la base de lo que llama “programa genético”.
En la jerarquía de los organismos vivos incluye la especie, aporta el concepto de población y no reseña los genes. En todo el libro no menciona a Dawkins ni a sus ideas. Tampoco incluye ahora los demes y clados de Gould aunque a éste sí lo cita luego.
Pág. 17: …los organismos vivos…poseen numerosas características propias- en especial sus programas genéticos, adquiridas a lo largo del tiempo- que no se han encontrado en la materia inanimada. Los organismos son sistemas ordenados a muchos niveles. (las negritas mías)
Me ha parecido muy importante el concepto de “programa genético”, donde debe estar, como base, el mandato vital prioritario de pervivir. Y eso en los distintos niveles de los distintos organismos, entre ellos las especies. Que también tienen sus propios programas adquiridos a lo largo del tiempo. Y aunque no lo dice, entiendo que da por sentado que estos programas se inician con el mandato de pervivir. Sin ese mandato, primero en tiempo y orden, no habrían desarrollado ningún programa genético.
En la pág. 34 enuncia el concepto de emergencia y de “integrón” y en la 35 dice: …ahora se acepta que la unidad de la evolución no es el gen ni el individuo, sino la población (o la especie). El paréntesis suyo.
Y dice que: …en todos los niveles hay sistemas adaptados, porque contribuyen al éxito reproductor del individuo. Y por último dice: …es el programa genético el que controla el desarrollo y las actividades de los integrones orgánicos que emergen en cada sucesivo nivel de integración.
Dedica casi todo el capítulo 3 a la filosofía de la ciencia y a los distintos métodos para el descubrimiento y justificación de conjeturas, hipótesis o teorías. Y en resumen dice en la pág. 72 que: …en biología un sistema flexible de elaboración y comprobación de teorías parece más apropiado que los principios rígidos.
Y luego trata de los distintos problemas del lenguaje y de las graves consecuencias que a veces ocasionan.
En la pág. 85 y siguientes trata de la causación en biología. Dice que: todo fenómeno o proceso de los organismos vivos es el resultado de dos causaciones diferentes, que suelen denominarse causa próxima (funcional) y causa última (evolutiva).
Y habla de la dificultad e incluso la imposibilidad de conocer la causa. Y dice en una nota a pie de página: Esto nos lleva al complicadísimo problema filosófico de la causa y la causación. Y por lo espinoso del problema renuncia: … a discutir aquí la crítica de Hume a la causación en la que afirmaba que lo único que podemos determinar es una mera secuencia de acontecimientos.
Se me ocurre que esta dificultad de conocer las causas del comportamiento en las especies, ha podido influir en no “ver” el objetivo básico. Y por ello se ha justificado la causa primera de la evolución en la “mera secuencia de acontecimientos” de la propia evolución. Aún a costa de incurrir en la “falacia naturalista” admitida por el propio Ruse y otros sociobiólogos. Es una ocurrencia sobre la causa de no ver la causa.
Me ha parecido interesante lo que, bajo el título de Epistemología evolutiva cognitiva, escribe en la pág. 91: La teoría más plausible dice que los antepasados de todos los organismos fueron capaces de sobrevivir y reproducirse porque poseían la capacidad de sentir los aspectos de su entorno más importantes para su supervivencia; y esto, por supuesto, se aplica también a la especie humana.
Esperemos que nosotros, como nuestros antepasados, seamos también capaces de sentir y prever los aspectos importantes para nuestra supervivencia, entre ellos el propio mandato de sobrevivir. Y lo obedezcamos racional y acertadamente.
También me ha llamado la atención lo que, bajo el epígrafe ¿Avanza la ciencia? , indica en la pág. 120: Los no científicos tienden a suponer ingenuamente que cuando se propone una nueva explicación o teoría científica, se acepta sin tardanza. En realidad, en muy pocos casos ha ocurrido que una idea nueva provoque una iluminación instantánea y revolucionaria en su campo. Cita luego seis razones para ello.
Y dice que suelen pasar años desde que una idea se enuncia hasta que se acepta. Creo recordar que también Ortega hablaba de unos quince años entre una cosa y otra. Vale.
Otra idea interesante es la que señala en la pág.123: Muchos trabajos importantes pasan inadvertidos, a veces por completo, por haber sido publicados en ruso, en japonés, e incluso en idiomas europeos occidentales distintos del inglés. Es más: si las ideas contenidas en esas publicaciones acaban por ser adoptadas, suele ser porque algún otro las ha redescubierto posteriormente, y la prioridad de la primera publicación cae en el olvido. A tener en cuenta.
En la pág.137 como final de preguntas sobre las causas dice: La experimentación suele facilitar la determinación de las causas próximas; las causas últimas se determinan por inferencia a partir de narraciones históricas. Es nuestro caso.
En la pág. 149 habla del concepto biológico de especie y dice que: No se lo adoptó oficialmente hasta que yo propuse una definición formal en 1940 y aporté abundante material en apoyo del concepto biológico de especie en mi libro de 1942 “Sistemática y el origen de las especies”.
A partir de aquí desarrolla ampliamente el concepto de especie. Y me he sentido feliz comprobando que quedan claramente confirmadas mis ideas al respecto. Lo trata con mucha amplitud. Copio solamente algunas frases:
- Los biólogos evolutivos saben ahora que la especie es la entidad fundamental de la evolución.
- Una especie, a pesar de los individuos que la componen, interactúa como una unidad frente a otras especies con las que comparte el medio ambiente.
- Si se trata de animales, las especies son también unidades importantes en las ciencias del comportamiento. Los miembros de una misma especie tienen en común muchos patrones de comportamiento específicos (propios de la especie) sobre todo los que tienen que ver con la conducta social.
En todas estas páginas no habla ni hace referencia directa ni indirecta a nuestra especie. Está en otra cosa. En el amplio mundo del resto de los seres vivos. Nos vale todo.
Recojo de la página 168 el cuadro de su sistema de clasificación de los organismos, porque me parece bueno y porque siempre se me olvidan los nombres. Prescinde de llamar protistas a los eucariontes unicelulares y habla de dos imperios:
Procariontes: con sus reinos de eubacterias y arquibacterias , y
Eucariontes: con sus reinos de arquizoos, protozoos, cromistas, metafitas (plantas), fungi (hongos) y metazoos (animales).
En el capítulo 9, desde la página 193 a la 223 trata de la evolución y creo que resume de forma magistral todo lo importante en la materia. Copio solamente unas frases que me parecen especialmente interesantes:
Según el concepto biológico de especie, las especies se definen como agregados de poblaciones, aislados reproductivamente unos de otros. Aunque el concepto es conocido me parece importante tener presente esta excelente definición suya. Y habla luego de los distintos tipos de especiación: alopátrida (el más frecuente por aislamiento geográfico), dicopátrida (barrera geográfica emergida), peripátrida (pocos y en la periferia) y simpátrida (especialización ecológica)
Aunque él no lo dice, se me ocurre que nuestra especie pudo “nacer” de forma peripátrida, de una sola pareja, lo que haría compatible el Génesis con la ciencia. Sobre esta forma de especiación peripátrida dice Myer como científico:
En la especiación peripátrida una población fundadora se establece más allá de la periferia del territorio de la especie anterior. Esta población, fundada por una sola hembra fecundada o por unos pocos individuos,… se ve expuesta a un nuevo conjunto de presiones selectivas, a menudo muy fuertes. …Esta población fundadora puede experimentar una drástica modificación genética, transformándose rápidamente en una nueva especie. Además, dicha población fundadora, debido a su limitada base genética, y a la drástica reestructuración de ésta, se encuentra en una posición especialmente favorable para iniciar nuevas rutas evolutivas.
Al leer lo anterior parece que estoy viendo a Eva y a Adan,…población fundadora, en el Eden,… más allá de la periferia del territorio de la especie anterior. Con el mandato de crecer y multiplicarse, de supervivir como nueva especie, expuestos… a un nuevo conjunto de presiones selectivas. Iniciando a partir de su conciencia del bien y del mal, de su capacidad de raciocinio y de su nuevo juicio ético,…una drástica reestructuración genética…especialmente favorable para iniciar nuevas rutas evolutivas. Hasta ahora.
¡Veluti Deus daretur! und ¡…etsi Deus non daretur!
Cambiando de asunto, en la página 215 confirma otra de mis ideas sobre la evolución y su progreso. Como medios y no como el objetivo primero de los sociobiólogos. Dice:
En la historia de la vida no se encuentra nada que indique una tendencia universal al progreso evolutivo, o una capacidad universal para dicho progreso. Y pone varios ejemplos de linajes y colectivos que apenas han evolucionado (procariontes) o que han evolucionado hacia atrás (algunos parásitos y otros habitantes de nichos especiales).
Y en las páginas siguientes trata de: la gran incertidumbre que existe en la literatura reciente acerca de si, además de los individuos, también las poblaciones enteras e incluso las especies pueden ser blanco de la selección. Y argumenta claramente a favor de la selección de grupo.
Trata ampliamente de Wilson y sus teorías, que no comparte en este aspecto, ya que aunque Wilson se autollama sociobiólogo, tanto él como Ruse cuando hablan de conducta social humana lo hacen solamente teniendo en cuenta la interacción de dos individuos y sólo en lo referente a los comportamientos sobre selección sexual.
Y entre otras importantes cosas dice:
El biólogo moderno sabe ya demasiado para querer revivir la vieja y polarizada controversia herencia-crianza, porque sabe que casi todos los caracteres humanos están influidos por la interacción de la herencia con el ambiente cultural.
Y termina el capítulo 9 diciendo que además de tener múltiples causas, casi todos los problemas evolutivos tienen múltiples soluciones. Compatibles con el paradigma darwiniano. Añade que en biología evolutiva las generalizaciones casi nunca son correctas. Y deja sin “descubrir” la generalización más obvia: la idea básica. Una pena.
El capítulo 10 trata de la ecología y aunque es muy interesante no copio nada. Ver.
Desde la página 247, aborda el encaje humano en la evolución. Y hace una excelente descripción histórico-científica del desarrollo de la biología humana. Todo es bueno y subrayable. Pero solamente copio algunas frases que me han llamado especialmente la atención:
Pág.260:… cuando las hordas grandes se convirtieron en la norma entre los humanos, se fue reduciendo la ventaja reproductiva del jefe. Y luego…la mayor integración social de los humanos, aunque contribuyó enormemente a la evolución cultural, hizo que la humanidad entrara en un periodo estático en la evolución del genoma. Lo dijo Darwin.
Y en la misma página, en cuanto a la mente humana:
...los investigadores del comportamiento animal han demostrado ya que no existe una diferencia categórica entre las actividades mentales de ciertos animales (elefantes, perros, ballenas, primates, loros) y las de los humanos. Lo mismo se puede decir de la conciencia, de la que encontramos indicios incluso entre los invertebrados y tal vez entre los protozoos. La mente y la conciencia no establecen una demarcación clara entre el hombre y “los animales”. Las comillas suyas.
Para tranquilidad de los humanistas y de los creyentes, añado yo que es distinta la conciencia animal, de que trata Mayr y en la que incluye al hombre, de la consciencia humana que es algo muy diferente. Diferencia fundamental que tampoco necesita cuestionarse la existencia de Dios. Cada cosa es cada cosa.
En la página 262 dice algo muy importante en relación con algunas de las ideas que tengo escritas en la parte de ética aplicada de “Supervivir” (pág.95). Dice:
… la monogamia contribuyó a atenuar los conflictos, y el matrimonio se convirtió con el tiempo en una estrategia para establecer relaciones entre familias que de otro modo hubieran sido competidoras. Y luego:…
...En todo el linaje de los homínidos, la familia ha constituido la base de la estructura del grupo. Y después:…La descomposición de la familia extensa e incluso de la familia nuclear es una de las raíces básicas de la degradación cultural…
En la página 264 y siguientes se plantea el futuro de la especie humana. Y entre otras cosas dice:
…todas las llamadas razas humanas están estrechamente emparentadas unas con otras y constituyen simples poblaciones variables.
A veces se plantea la cuestión de las posibilidades que existen de que la especie humana se fraccione en varias especies. La respuesta es: absolutamente ninguna.
Le corrijo porque basa su afirmación (negación) en que los humanos ocupamos todos los nichos imaginables en la Tierra. No ha pensado en las posibles bases humanas en la luna u otros planetas donde se podrían crear nuevas especies peripátridas. Y también se pueden crear especies “nuevas” con ingeniería genética. Creo que él pensaba en especiación “natural”, con el sistema evolutivo histórico.
Dice luego, pesimistamente, que:… aunque no parece que exista peligro inmediato en el posible deterioro del fondo genético humano,… Mucho más inquietante y peligroso para el futuro de la humanidad es el deterioro del sistema de valores en casi todas las sociedades humanas.
En el capítulo 12, último, se plantea si puede la evolución explicar la ética. Dice la gran sacudida que supuso la revolución darwinista para las teorías de la moralidad humana. Y desarrolla algunos aspectos conocidos. Recojo algunas frases más significativas de la pág. 270 y siguientes.
Durante los últimos ciento treinta años, gran parte de la literatura que versa sobre la relación entre ética y evolución se ha dedicado a buscar una “ética naturalista”, y cada año aparecen varios volúmenes sobre el tema… Darwin planteó por primera vez el problema en 1871.
Por su parte considera:… que una ética genuinamente biológica, que tenga en cuenta la evolución cultural humana y el programa genético humano tendría mucha más consistencia interna que los sistemas éticos que no tienen en cuenta esos factores.
Pero inmediatamente antes ha escrito:
Los expertos en ética insisten, con mucha razón, en que la ciencia en general, y la biología evolutiva en particular, no están capacitadas para proporcionar un conjunto fiable de normas éticas específicas. Pero es importante añadir que… una ética… (ir al párrafo anterior y perdón por la rayuela literaria).
Y luego, en las páginas siguientes aborda el problema del altruismo y avanza sobre las ideas reduccionistas habituales pero se queda corto. Dice en la página 272:
Yo sostengo que el significado habitual de la palabra “altruismo” no está restringido a casos que implican un peligro o perjuicio potencial para el altruista.
Luego habla del altruismo inclusivo y del recíproco. Y va más adelante siguiendo a Darwin con el altruismo de grupo. Pero luego se lía con la ética de Simpson y Ayala y sus tres condiciones éticas humanas: anticipar, juzgar y elegir. Y se queda con la ética de los filósofos sin atreverse o sin ver la eficacia del altruismo total y egoísta biológico.
Acierta luego al tratar de las éticas parciales y grupales de los individuos… que son resultado de la combinación de tendencias innatas y de aprendizaje.
Luego hace un llamamiento vehemente para advertir de la degradación moral que achaca a la defectuosa instrucción ética de nuestros jóvenes ya que dice que los primeros años son vitales (un programa abierto) para la adquisición de valores éticos. Y predica la necesidad de aumentar la instrucción ética y comenzar a la edad más temprana posible.
Y dice que se van abordando cada vez con más éxito los problemas "tradicionales" de la humanidad: guerras, enfermedades, escasez de alimentos… En cambio aumentan los problemas que tienen que ver con los valores: descomposición de la familia, drogas, la violencia en el hogar, adicción a la televisión y videojuegos, el despilfarro, el agotamiento de los recursos naturales, la destrucción del ambiente natural…
Dice que las normas tradicionales de la cultura occidental, basadas en la tradición judeo-cristiana son demasiado rígidas para ahora y que:…las normas éticas deben ser suficientemente versátiles como para poder adaptarse a un cambio de condiciones.
Y plantea tres grandes problemas éticos del mundo moderno. Intento resumir:
- El primero es lo que Singer (1981) llamaba “el problema del círculo en expansión”. Son éticas diferentes para los extranjeros y diferentes: europeos con nativos, blancos con negros, cristianos y musulmanes respecto a las mujeres… Dice: la ética del futuro deberá abordar el problema de cómo actuar cuando los valores propios chocan con los de otro grupo.
- El segundo gran problema ético de nuestro tiempo es el excesivo egocentrismo y la excesiva atención a los derechos del individuo. Falta de “obligaciones”. Problemas cuando hay que elegir entre la ética individual y la ética social o comunitaria.
- El tercer gran problema ético de nuestros tiempos es el que plantea el descubrimiento de nuestra responsabilidad hacia la naturaleza en su totalidad.
Los tres problemas se resolverían o mitigarían con la asunción y aplicación de nuestro principio ético. Basado en la prioridad de la supervivencia de la especie, a intentar conseguir con el método del altruismo amplio.
Y termina sin explicitar claramente el objetivo básico de la supervivencia. Dice en la pág. 288 para terminar, débilmente y como un deseo “humanitario”:
…si queremos que exista un futuro para la especie humana y para la naturaleza en general, debemos reducir las tendencias egoístas de nuestro actual sistema de valores y mostrar más consideración hacia la comunidad y el conjunto de la creación.
Es poco exigente con el “si queremos”, insuficiente al hablar de “la comunidad” en vez de la especie, y extraño con lo de “el conjunto de la creación”.
Y casi acierta, pero no se atreve del todo porque dice que:…nuestro principio ético más básico debe ser hacer todo lo posible por mejorar el futuro de la humanidad. Todas las demás normas éticas derivan de esta base.
No es mejorar. Se debe hacer todo lo posible por supervivir.
Naturalmente mejorando todo lo que se pueda: para supervivir y por la mejora en sí misma. Pero primero y prioritariamente pervivir, supervivir. Y no porque queramos sino porque nos lo manda imperativamente nuestra propia naturaleza, la base de nuestro programa genérico.
Termina con el “humanismo evolutivo” y su ética exigente. Bien pero sin fundamento.
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