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Las especies y el Hombre

  • Foto del escritor: José Corral
    José Corral
  • 30 ene 2019
  • 10 Min. de lectura


Planteamiento

Mi idea básica se puede deducir de un silogismo como el siguiente:

Todas las especies tienen como imperativo vital intentar su supervivencia

El Hombre, u Homo sapiens, es una especie.

El Hombre tiene como imperativo vital intentar su supervivencia.

En estas últimas semanas me han planteado dos objeciones a la premisa primera:

1.- La especie es un constructo mental, una categoría taxonómica sin existencia real.

2.- Definir lo que es intentar la supervivencia mediante un medio empírico falsable.

A .- Algunas reflexiones sobre el concepto de especie y su uso.

El término especie ha tenido y tiene distintas acepciones. Voy a comentar algunas.

1.- Para mi idea he utilizado el concepto biológico de especie, como lo definió hacia 1940 Ernst Mayr: una especie es un conjunto de poblaciones naturales capaces de cruzarse unas con otras y aislado reproductivamente (genéticamente) de otros grupos similares por barreras biológicas o de comportamiento.

En la traducción de 2016 de su libro This is Biology de 1997, Mayr dedica varias páginas a la especie (146 a 152). Entre otras cosas dice:

. Según el concepto nominalista de especie, en la naturaleza solo existen individuos, y la especie es un artefacto humano (human artifact). Son, pues, las personas, y no la naturaleza, las que crean especies agrupando individuos bajo un nombre. Pero esta arbitrariedad no concuerda con las situaciones que uno encuentra en la exploración del mundo natural. Un naturalista que observa las cuatro especies de carboneros (gen. Parus) de un bosque británico o….(más)… sabe que esas especies son producto de la naturaleza.

. La palabra especie se aplica a tres entidades o fenómenos muy diferentes 1) el concepto de especie 2) la categoría especie 3) el taxón especie. La incapacidad de algunos autores para distinguir entre estos tres significados tan diferentes de la palabra especie ha dado lugar a infinitas confusiones en la literatura.

El concepto de especie es el significado biológico, o definición, de la palabra especie. La categoría especie es un nivel concreto de la jerarquía linneana…(especie , género, familia,…) Los taxones que llamamos especies son poblaciones concretas, o conjuntos de poblaciones que se ajustan a la definición de especie; son casos particulares (individuales) y por lo tanto no se pueden definir, solo describir y delimitar unos de otros.

Y luego:

.Los biólogos evolutivos saben ahora que la especie es la entidad fundamental de la evolución.

. La especie es el sujeto del cambio evolutivo.

. Una especie, a pesar de los individuos que la componen, interactúa como una unidad frente a otras especies con las que comparte el medio ambiente.

. Si se trata de animales, las especies son también unidades importantes en las ciencias del comportamiento. Los miembros de una misma especie tienen en común muchos patrones de comportamiento específicos (propios de la especie), sobre todo los que tienen que ver con la conducta social.

Por su parte , Theodosius Dobzhansky, dedica cuatro capítulos de Evolución ( Ed. Omega 2009) a estas cuestiones. Habla, entre otras muchas cosas referidas a las especies, del por qué existen y han de existir las especies. Cito dos frases que creo definen a las especies sexuadas y su finalidad:

Pág.132. La posesión de un conjunto común de genes hace que una especie con reproducción sexual y fecundación cruzada constituya una población mendeliana. Con mayor exactitud: un conjunto de poblaciones mendelianas subordinadas interconectadas entre si mediante un flujo génico regular o bien ocasional.

Pág. 133. Una población mendeliana constituye un sistema evolutivo supraindividual. La selección natural actúa desde luego sobre fenotipos individuales y a través de los mismos sobre genotipos individuales. Es el individuo el que sobrevive o muere, el que deja descendencia o no. No obstante, es la colectividad, el conjunto común de genes de una población mendeliana, el que incrementa o disminuye la probabilidad de que la siguiente y posteriores generaciones estén en armonía con su ambiente.

Y Stephen Jay Gould en las 1426 páginas de “La estructura de la teoría de la evolución” de Tusquest 2004, resume y actualiza las teorías del darwinismo. En lo que nos afecta dice entre otras muchas cosas:

Pág. 95. Las especies deben entenderse no solo como clases (tal como se conciben tradicionalmente) sino como entidades históricas discretas que actúan como individualidades darwinianas ( y, por lo tanto, potencialmente susceptibles de selección).

Pág. 712. Titula: Contra la tiranía del organismo: comentarios sobre los rasgos característicos y las diferencias entre los seis niveles primarios. Y dice: Al distinguir seis niveles jerárquicos (genes, células, organismos, demes, especies y clados) solo utilizo un ordenamiento conveniente. Y sigue luego: …antes de las invenciones de la reproducción sexual y la pluricelularidad, ni especies ni organismos existían como niveles separados del celular y reinaba una jerarquía cuatripartita (todavía vigente en el mundo dominante de los organismos unicelulares asexuales) : gen, celula, clon y clado.

Y luego desarrolla las características de cada nivel, entre ellos el individuo especie del que entre otras cosas dice:

Pág. 735: Frente al gradualismo evolutivo clásico (de Lamark y Darwin entre otros) :…las especies son individualizables bajo cualquier esquema que describa su origen como un evento de ramificación y no como una transformación anagenética.

Y luego refuta otras objeciones: ausencia de un comienzo decisivo de Williams ante lo que habla de instante geológico distinto frente a nuestra experiencia del tiempo, la heredabilidad que ha sido medida por Jablonski ( 1987), criticas sobre que las especies son demasiado difusas o carentes de coherencia interna ante lo que dice que las especies no tienen una piel física pero los mecanismos de aislamiento reproductivo hacen que sus contornos sean igual de definidos. Y que la combinación constante de sus partes a través de la reproducción sexual mantiene una coherencia más que suficiente.

El doctor Francisco J. Ayala, en su libro “¿De dónde vengo ¿Quién soy? ¿Adónde voy?” en Alianza 2015, dedica algunas páginas a las especies y, entre otras cosas dice:

Pág. 97: Según la teoría de Darwin (que parece suscribir) las especies no están diseñadas con antelación sino que son un producto incidental de la reproducción diferencial de los organismos. Los ambientes, como ya observaba Darwin, cambian sin cesar a través del tiempo y son diferentes de un lugar a otro. La selección natural, por consiguiente, favorece diferentes características en diferentes situaciones. La acumulación de diferencias produce diferentes especies.

En la pág. 98 dice, entre otras cosas, que:… las especies son unidades evolutivas independientes

B.-Posible respuesta a la objeción 1

Sobre que: la especie es un constructo mental, una categoría taxonómica sin existencia real.

Creo que con lo copiado queda clara la opinión de recientes biólogos especialistas sobre la existencia real de especies. Y que si la especie es un constructo, no es un constructo mental del hombre sino que son producto… de la reproducción diferencial de los organismos. Es decir, cada una de las especies es un constructo real, como medio de supervivencia, de los propios organismos. Quienes, como dice mi objetor que cita a Dawkins, serían a su vez medios para el objetivo de la vida a través de la supervivencia de las moléculas de ADN/ARN. Y no se incurre en la falacia naturalista, como también apunta mi objetor, porque lo que es , es el vivir o el evolucionar y el deber ser es la supervivencia, el intentar supervivir. Por no ver mi idea básica, caen en la falacia naturalista, y lo admiten, los autollamados sociobiólogos Wilson y Ruse.

En cualquier caso, para mi hipótesis, vale la acepción de la Real Academia: Especie: 7. Bot. y Zool. Cada uno de los grupos en que se dividen los géneros y que se componen de individuos que, además de los caracteres genéricos, tienen en común otros caracteres por los cuales se asemejan entre si y se distinguen de los de las demás especies.

Mi objetor tiene razón en que, como dice Mayr, el término especie se aplica a una categoría taxonómica. Y en tal sentido es un constructo mental. Pero es evidente que infinidad de especies, como grupos compuestos por individuos concretos, tienen en cada momento existencia real verificada y verificable universal y objetivamente.

Una de las objeciones a la existencia real de especies es la temporal. En la página 68 de “Senderos de la evolución humana” ( Alianza, 2001) de Cela Conde y Ayala se lee: El concepto biológico de especie se refiere a organismos coetáneos y no puede aplicarse en sentido literal a organismos que han vivido en diferentes épocas.

Los mismos autores en el exhaustivo trabajo: Evolución humana. El camino hacia nuestra especie (Alianza 2013) tratan de las muchas variantes del término especie y en concreto de la definición BSC, o biológica, de Dobzhansky y Mayr y el concepto evolutivo, o ESC, de Wiley y Simpson. Según señalan la principal diferencia entre ellas es el tiempo. En nuestro caso, el concepto utilizado es el biológico y se refiere a las especies concretas y reales existentes en cada momento. Con lo que no existe el problema del tiempo. Aunque es claro que la objeción a un uso universal del término especie es adecuada y que debe concretarse en cada caso la utilización del concepto.

Creo por tanto que podemos dar por cierto que las especies, como las define Mayr y la RAE, tienen existencia real. Para mi hipótesis me valen como universo las especies de reproducción sexual actuales y conocidas. Con lo cual evitamos otras objeciones: los no sexuados, el comienzo, la heredabilidad, la incoherencia,..

El número de especies identificadas a 2009 era de 1.424.153: de las cuales cordados 64.788 y de ellas 5.487 de mamíferos sexuados. Estas especies de mamíferos están ya muy estudiadas y por tanto se conoce o puede conocer su comportamiento. Y son un universo suficiente para validar mi idea básica. Y para falsarla por quien tenga dudas. Que sepamos, todas ellas intentan prioritariamente su propia supervivencia (permanecer en el tiempo, perdurar). Para lo cual adoptan distintas estrategias según sus formas y sus entornos y circunstancias.

C. La segunda objeción

Consiste en la petición de definir y demostrar el imperativo vital de supervivir. Recuerdo que uso el término imperativo como lo define la RAE: Deber o exigencia inexcusables. Y vital como: 1. Perteneciente o relativo a la vida y 2. De suma importancia y trascendencia.

Admitida la existencia real, aquí y ahora, de especies concretas, la demostración de que todas las conocidas intentan prioritariamente supervivir se realiza empíricamente por observación de los comportamientos. Estas observaciones se han realizado y realizan por muchos etólogos y por muchas personas interesadas de diferentes saberes. Por nombrar a algunos, al propio Darwin, Lorenz, ….Y documentalistas científicos y divulgadores. Y puede comprobarse por cualquier persona con elemental capacidad de observación de cualesquiera animales y plantas de reproducción sexual. Como digo, los mamíferos son pocas especies y muy conocidas. Y constituyen un colectivo suficiente para fundamentar mi hipótesis y para falsarla.

Estos observadores han descrito las distintas estrategias evolutivas y normas de comportamiento de muchísimas especies. Y las han relacionado con las características de cada especie y de sus entornos. Y las distintas normas y estrategias están dirigidas a intentar que la especie, como tal, superviva. Aunque en muchos casos las normas y estrategias no sean las adecuadas: por incapacidad de adaptación física a los cambios de entorno o por insuficiente capacidad de juicio y previsión en sus comportamientos.

Parece que este intento prioritario de supervivencia tiene como fin la conservación de la vida. Y es posible que existan otros fines naturales o trascendentes para los que la supervivencia de las especies sea un medio. Pero esta posible diversidad de fines de distinta naturaleza y para distintos sujetos no sustituye, sino que refuerza, el objetivo y el imperativo de cada especie de intentar prioritariamente su propia supervivencia. O su conversión en otra especie por anagénesis, por ramificación, o como sea, si eso es lo mejor posible para conservar y transmitir la vida que tienen sus individuos.

Toda la evolución, especialmente la anagenésica que se supone permanente en todas la especies, es la principal estrategia para supervivir. Y por ello, como es sabido, hay especies que apenas han evolucionado porque no necesitan hacerlo ya que están adaptadas a medios poco cambiantes. Mientras que otras muchas de las actuales son producto de especies anteriores.

Es decir el imperativo vital es la causa inmediata de la evolución. De otra manera: la evolución no está causada por el azar. Es un mecanismo o estrategia adoptado por los organismos para intentar supervivir. El azar puede ser un modo de hacer algunas cosas. No una causa originadora.

Como aportación científica de una bióloga, especialista en estas cuestiones, cito aquí solamente una frase de las muchas citables de "Cuestiones acerca de la evolución humana” (EUNSA 2008) de la doctora Natalia López-Moratalla que en la página 53 dice:

“El principio vital unitario de cada uno de los vivientes causa eficientemente un organismo que en el caso de los animales está finalizado intrínsecamente a vivir y transmitir la vida para que se mantenga la especie…

Y la misma autora, nueve años después, en “Inteligencia artificial”. (Digital Reasons, 2017), confirma en la página 50:

El animal conoce su “para qué” en el sentido de que lo conoce en cuanto que su biología le dice lo que le conviene para vivir y reproducirse y así acertar en su propio fin: la supervivencia de su especie.

En el mismo sentido, el doctor Francisco Rodríguez Valls en la pág. 82 de Orígenes del hombre (Biblioteca nueva, 2017) dice: Cualquier argumento evolucionista incorpora la supervivencia de la especie como fin de la vida.

Debo decir que me hizo mucha ilusión leer recientemente estas tres últimos citas por ser la primera vez que veía explícita la primera premisa de mi idea básica. Idea que es muy posible que se convierta en - o sea ya- un meme: algo que todo el mundo “sabe” y da por supuesto aunque nadie lo haya expresado. Y sin que nadie, que sepamos, haya sacado de ello la consecuencia del imperativo vital deducida en mi silogismo.

Afirmada la existencia real de especies concretas en este momento, otras maneras de demostrar el fin u objetivo de supervivir y el imperativo de intentarlo que tienen sus componentes, como partes vivas de ella, sería a partir del principio filosófico de que es mejor ser que no ser y de que todas las cosas tienden a seguir siendo. También lo enuncia Santo Tomás en la Summa q.94.a.2… en primer lugar, encontramos ante todo en el hombre una inclinación que le es común con todas las sustancias, consistente en que toda sustancia tiende por naturaleza a conservar su propio ser. Y de acuerdo con esta inclinación pertenece a la ley natural todo aquello que ayuda a la conservación de la vida humana e impide su destrucción.

Creo que ni Santo Tomás, ni sus comentaristas se dieron cuenta de la importancia que estas inclinaciones tenían y tienen para la deducción de un deber imperativo en el que basar una norma ética universal. Posiblemente por considerar la ética como normas individuales de las personas. Que es la misma carencia de todos los filósofos.

En cualquier caso, esta consideración filosófica no es la base de mi idea, aunque la refuerza. Creo que mis hipótesis son biológicas y se justifican empíricamente con la observación e inducción del comportamiento de los seres vivos conocidos. Y en concreto creo que la observación y estudio de los mamíferos es suficiente ya que son un universo muy conocido, con las especies más parecidas al Hombre y con gran variedad física y de comportamientos que confirman un mandato básico universal implícito en la genética de todas ellas.

Resumen: Con todo lo dicho la justificación de mi hipótesis podría quedar:

Por lo que sabemos empíricamente, comprobable y falsable en todo momento, se puede afirmar que:

1.- Por los comportamientos observados, todas las especies conocidas de mamíferos intentan prioritariamente supervivir: permanecer en el tiempo, perdurar.

2.- De lo anterior se puede deducir que existe, como causa, un objetivo y/o un mandato o deber, común a todas ellas, que originan esta intención común.

3.- Y de ello, parece que se puede decir que: Todas las especies conocidas de mamíferos, incluida la Homo sapiens, tienen inscrito en su programación vital el objetivo de supervivir y el deber o mandato imperativo de intentarlo.

Con independencia de que lo consigan. Y de que puedan tener otros fines: materiales, espirituales o trascendentes para los que este objetivo de supervivencia sea un medio.

En Madrid, las 18,25 del 5.2.2018. Revisado el 20.2.18 a las 19,15

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